Arden los océanos: una crisis silenciosa y urgente
Los océanos del planeta han absorbido alrededor del 90 por ciento del aumento de calor provocado por la actividad humana
Recientemente han sido detectadas una serie de anomalías que se producen a la vez en los todos los océanos de nuestro planeta y tienen a una parte de la comunidad científica muy preocupada.
Este gráfico habla por sí solo. Los registros históricos no se acercan -ni por asomo- a lo que sucede ahora. El periodista Juan Bordera considera en un reciente artículo publicado en Ctxt que “estamos ante un punto de inflexión”. La temperatura promedio de la superficie del mar en el Atlántico norte ha aumentado 1,3ºC en junio de 2023. Una anomalía que entraña un grave peligro en el equilibrio del planeta.
Según los datos del servicio europeo Copernicus, la superficie de los océanos registró el mes de mayo más cálido jamás registrado. El océano absorbió alrededor del 90 por ciento del aumento de calor provocado por la actividad humana.
Desde el amanecer de la civilización, los océanos han desempeñado un papel fundamental en el mantenimiento de la vida en la Tierra. Son la cuna de una biodiversidad asombrosa y un regulador vital del clima global. Sin embargo, en las últimas décadas, los océanos se han enfrentado a una creciente amenaza: el calentamiento global. A medida que el cambio climático se acelera, los océanos están sufriendo sus consecuencias devastadoras y, a menudo, silenciadas por los grandes medios a pesar de las terribles implicaciones para nuestro planeta y para nuestra forma de vida.
El calentamiento global y sus efectos en los océanos
El calentamiento global, causado principalmente por las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de actividades humanas como la quema de combustibles fósiles y la deforestación, ha llevado a un aumento en la temperatura promedio de la Tierra. Aunque el impacto del calentamiento global se siente en todo el planeta, los océanos están absorbiendo la mayor parte de este calor adicional. Según los científicos, los océanos han absorbido aproximadamente el 90% del exceso de calor atrapado por los gases de efecto invernadero desde mediados del siglo XX.
En la anomalía del crecimiento del hielo antártico estamos ante un registro histórico que nos da una pista. La única vez que se vio un fenómeno similar fue con el final del fenómeno climático conocido como “El Niño” del año 2015 al 2016.
La temperatura no sólo se está desbocando en el Atlántico Norte. Esta es la anomalía en superficie de la enorme masa oceánica del planeta. El trabajo del profesor de matemáticas e informática Eliot Jacobson ha calculado el calentamiento oceánico en bombas como las de Hiroshima por segundo en los últimos 20 años.
Este aumento de temperatura tiene consecuencias devastadoras para los ecosistemas marinos. El calentamiento de los océanos conduce al blanqueamiento de los arrecifes de coral, la acidificación del agua, la disminución de la disponibilidad de oxígeno y el cambio en los patrones de migración y reproducción de las especies marinas. Estos efectos combinados amenazan la supervivencia de muchas especies y la estabilidad de los ecosistemas oceánicos en su conjunto.
Mientras los científicos debaten si la causa de las últimas olas de calor de son una consecuencia de El Niño, del polvo del desierto del Sáhara, de los combustibles, del Hunga-Tonga, un volcán submarino situado unos 30 kilómetros al sureste de Fonuafoʻou, de los gases de efecto invernadero o de fenómenos meteorológicos transitorios, Jacobson especula que el calentamiento de los océanos es consecuencia de 250 años de consumo humano, por emplear combustibles fósiles.
As scientists debate if the cause of the North Atlantic SST heatwave is El Niño, lack of Sahara dust, cleaner shipping fuels, Hunga-Tonga, GHGs, or transient weather phenomena, I too am going to speculate:
— Prof. Eliot Jacobson (@EliotJacobson) June 22, 2023
This ocean heatwave is caused by 250 years of human fossil fuel f&%kery. pic.twitter.com/e9WuuvNw7I
“El mapa térmico que tenemos ante nosotros dibuja una situación más bien cercana a lo terminal” –asegura Juan Bordera. “Nadie que comprenda bien qué está pasando puede entender por qué apenas se habla de esto en los grandes medios” –se lamenta.
La urgencia de actuar para salvar los océanos
La crisis que enfrentan los océanos es una llamada de atención para toda la humanidad. Si no tomamos medidas inmediatas y efectivas para abordar el calentamiento global y reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, los océanos seguirán sufriendo daños irreparables. Es crucial tomar conciencia de nuestra conexión con los océanos y reconocer que dependemos de ellos para nuestra supervivencia y bienestar.
Recientemente compartía imágenes de gente que mostraba el extraordinario y repentino derretimiento Svalbard, en Noruega.
Mire esta famosa comparación histórica e icónica...
— Somos Cosmos (@InformaCosmos) June 26, 2023
Las dos fotos publicadas muestran el mismo lugar (Svalbard) pero con una pequeña diferencia: la imagen de arriba fue tomada en 1915, la de abajo en 2018. Un poco más de 100 años después.
El hombre del barco en la foto de abajo… pic.twitter.com/QKtGDeMz4B
Pues no es nada comparado con el deterretimiento y generación de hielo en Groenlandia. La gráfica es para asustarse. En rojo la producción de hielo en 2023, muy por debajo de sus registros históricos.
Es necesario que los gobiernos y las organizaciones internacionales adopten medidas significativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover la conservación y protección de los océanos. Además, como individuos, podemos hacer nuestra parte al tomar decisiones sostenibles en nuestra vida diaria, reducir el consumo de plástico, apoyar iniciativas de conservación marina y educar a otros sobre la importancia de los océanos.
El tiempo de actuar es ahora
La crisis de calentamiento de los océanos es una emergencia global que requiere atención y acción inmediatas. Se están desatando bucles de realimentación que hacen que el calentamiento de los océanos coja inercia y se acerque a la irreversibilidad, cerca de la paralización de muchas de las corrientes oceánicas del planeta lo que supondría una bajada de las temperaturas, especialmente en Europa y los países del Atlántico Norte, llevándonos de facto a un largo período de congelación. Una nueva Edad de hielo.
Si mueren los océanos de la Tierra la vida desapareciera.
No podemos permitirnos ser espectadores pasivos mientras nuestros océanos arden y se enfrentan a un futuro incierto. Debemos unirnos como sociedad y tomar medidas audaces y decisivas para proteger y preservar nuestros océanos, no solo por el bien de las generaciones futuras, sino también por el bien de nuestro propio planeta y de nosotros mismos. El tiempo de actuar es ahora, antes de que sea demasiado tarde para revertir los daños causados por décadas de negligencia. ¡El futuro de nuestros océanos está en nuestras manos!
Comentarios
Nos interesa tu opinión