¿A un paso de una Inteligencia Artificial plenamente consciente?
La última versión del software desarrollado por OpenAi podría haber mostrado algunas chispas de IA general.
En los últimos meses, las herramientas de Inteligencia Artificial (IA) de acceso público, y en especial los modelos de lenguaje como ChatGPT y distintos software de creación de imágenes como Midjourney o DALL-E, se han convertido en una auténtica revolución que ha desatado una fiebre y un interés inusitado por la cuestión entre el público general. Todos estos avances, sin embargo, estarían lejos de alcanzar lo que los expertos denominan Inteligencia Artificial General (IAG) o «inteligencia general fuerte», es decir, un tipo de inteligencia artificial que puede comprender, aprender y realizar cualquier tarea intelectual que los seres humanos pueden hacer: básicamente, una mente con todas las características de la humana –incluyendo la consciencia de sí misma–, pero «contenida» en un soporte no biológico.
El software GPT-4, desarrollado por OpenAI, podría haber mostrado algunas chispas de inteligencia artificial general
Ahora, un reciente estudio, publicado en forma de preprint –es decir, que no ha sido revisado por pares– podría demostrar que estamos muy cerca de alcanzar esa soñada –y temida por muchos– IAG, ya que el software GPT-4, desarrollado por la compañía OpenAI, podría haber mostrado algunas «chispas de inteligencia artificial general», tal y como han descrito los autores del trabajo, entre los que se encuentran varios investigadores de Microsoft Research, como Sebastien Bubeck. En el trabajo, los autores afirman que la versión inicial de GPT-4 –que fue a la que tuvieron acceso durante su estudio– es parte de una nueva cohorte de modelos de lenguaje grandes –o LLM– que exhiben más inteligencia general que los modelos anteriores de IA. En el texto, los autores dicen haber demostrado que, más allá de su dominio del lenguaje, GPT-4 puede resolver tareas novedosas y complejas que abarcan matemáticas, programación, medicina, derecho, psicología y muchas más, sin necesidad de haber recibido ningún tipo de indicación especial. Además, en todas estas tareas, el rendimiento de GPT-4 sería, según sus conclusiones, sorprendentemente cercano al nivel humano, y a menudo superaría ampliamente a los modelos anteriores de ChatGPT. Dada la amplitud de las capacidades de GPT-4, los investigadores de Microsoft Research creen que podría considerarse razonablemente como una versión temprana (aunque aún incompleta) de un sistema de inteligencia artificial general.
A pesar de estas sorprendentes conclusiones, los autores del trabajo han querido remarcar que GPT-4 sigue mostrando notables limitaciones, y señalan los numerosos desafíos que todavía quedan por delante para alcanzar versiones más completas de IAG. Esta cautela es compartida por la mayor parte de los expertos e incluso por aquellos filósofos que han abordado la cuestión. Unos y otros consideran que, hasta la fecha, las distintas herramientas de inteligencia artificial son principalmente softwares predictivos que, lejos de ser inteligentes, simplemente recambian y duplican los datos con los que han sido «entrenados».
Ciertas figuras públicas han manifestado su preocupación por los avances imparables en Inteligencia Artificial
Sin embargo, otros estudiosos y ciertas figuras públicas han manifestado en los últimos tiempos su preocupación por los avances imparables en este campo. El ejemplo más reciente y mediático se produjo hace apenas unas semanas, cuando varias personalidades del campo de investigación de la IA y otros ámbitos tecnológicos –entre ellos el magnate Elon Musk– firmaron una carta abierta en la que pedían que el desarrollo de estas herramientas se detuviera durante al menos seis meses, ya que consideraban que los peligros potenciales para la humanidad eran inminentes.
Aunque estas consideraciones resultan sin duda un tanto alarmistas, no hay duda de que las actuales herramientas de IA son capaces de superar a los seres humanos en muchas tareas cognitivas «individuales» y, en algún momento de su desarrollo, es posible que se alcance un momento de «singularidad» que dé lugar a una inteligencia artificial general como la que la ciencia-ficción lleva representando desde hace décadas. La incógnita que queda por resolver es si eso supondrá un nuevo paso en el avance de la humanidad o el principio del fin para nuestra especie…
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