3.000 millones para ser inmortales

¿El gran sueño de los alquimistas podría estar cada vez más cerca? A la búsqueda del anhelado elixir de la vida eterna se ha sumado recientemente un laboratorio estadounidense, protagonizando uno de los intentos más serios y mejor financiados para lograrlo. Fundada a principios de 2021,
la compañía Altos Lab acaba de dar un paso de gigante en su compromiso por encontrar las claves biológicas que prologuen nuestra existencia el máximo tiempo posible. Según algunas estimaciones, no sería descabellado que los seres humanos pudieran vivir unos 130 años dentro de un plazo razonable si las investigaciones avanzan a buen ritmo, como muchos científicos presuponen.

En ese empeño está el Altos Lab, nacido para "desentrañar la biología profunda de la programación de rejuvenecimiento celular. Nuestra misión es restaurar la salud celular y la resiliencia para revertir enfermedades, lesiones y discapacidades que ocurren a lo largo de la vida", manifiesta en su web corporativa. La empresa, con sede en Área de la Bahía de San Francisco y San Diego, en la británica Cambridge e importantes colaboraciones en Japón, acaba de poner su proyecto a velocidad de crucero gracias a la financiación recibida de 3.000 millones de dólares, lo que le ha permitido reunir a un cuadro científico y directivo constituido por primeras figuras de cada uno de ambos campos.

Las células tienen la capacidad de rejuvenecer, reajustando sus relojes epigenéticos

La relación de fichajes es deslumbrante y a la altura de un auténtico equipo de ensueño con varios premios Nobel en plantilla: Frances Arnold (profesora Linus Pauling de Ingeniería Química, Bioingeniería y Bioquímica en el Instituto Tecnológico de California y premio Nobel), Hal Barron (director científico y presidente de I+D de GSK), Jennifer Doudna (cátedra del Canciller Li Ka Shing y profesora de Química y Biología Molecular y Celular en la Universidad de California, Berkeley, presidenta del Instituto de Genómica Innovadora y premio Nobel), Maria Leptin (presidenta del Consejo Europeo de Investigación), Robert Nelsen (cofundador y director general de ARCH Venture Partners), Rajiv Shah (presidente de la Fundación Rockefeller) y David Baltimore (presidente emérito y juez Shirley Hufstedler, profesor de Biología en el Instituto Tecnológico de California y premio Nobel) como director independiente principal. Shinya Yamanaka (director del Centro de Investigación y Aplicación de Células iPS de la Universidad de Kyoto y premio Nobel) actuará como asesor científico principal de Altos sin remuneración, supervisando las actividades de investigación en Japón.

EQUIPO GALÁCTICO

El organigrama se completa con los tres Institutos Altos de Ciencia, dirigidos por el español Juan Carlos Izpisúa Belmonte (profesor y catedrático del Instituto Salk y exdirector del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona), Wolf Reik (biólogo molecular especializado en epigenética, director del Instituto Babraham y profesor honorario de la Universidad de Cambridge) y Peter Walter (profesor de la Universidad de California en San Francisco e investigador del Instituto Médico Howard Hughes). Las cifras de sus posibles honorarios también podrían ser desorbitadas. En una entrevista para el diario El País, Manuel Serrano, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona, comentó que cuando Altos Labs se puso en contacto con él para incorporarlo al proyecto, le ofrecieron entre 5 y 10 veces su salario actual.

Aunque la compañía todavía no ha divulgado cuál será su línea de investigación para vencer a la muerte humana, todo indica que los trabajos de Yamanaka serán un primer faro que marque el camino. En el comunicado emitido a la prensa, Hal Barron, el actual director de Altos Lab, hizo la siguiente declaración de intenciones: "Me siento profundamente honrado de que me hayan ofrecido esta oportunidad única en la vida de dirigir una empresa tan singular con una misión transformadora para revertir las enfermedades".

INVERSORES MULTIMILLONARIOS

Los trabajos de Shinya Yamanaka y de muchos otros desde sus descubrimientos iniciales, demuestran que las células tienen la capacidad de rejuvenecer, reajustando sus relojes epigenéticos y borrando los daños causados por un sinfín de factores de estrés. Estos conocimientos, combinados con los grandes avances en una serie de tecnologías transformadoras, inspiraron a Altos a reimaginar tratamientos médicos en los que es posible revertir la enfermedad en pacientes de cualquier edad".

No menos intrigante que las investigaciones promovidas por esta institución resulta el origen de la fortuna milmillonaria que las va a financiar. El nombre del donante no ha trascendido, aunque todas las sospechas apuntan al omnipresente y todopoderoso Jeff Bezos, fundador de Amazon, y al no menos multimillonario ruso Yuri Milner, según pesquisas efectuadas por MIT Technology Review. Ambos magnates ya invirtieron anteriormente en otros laboratorios de vanguardia con idénticos propósitos a los asumidos ahora por Alto Labs.