Xi'an: el gran misterio de las pirámides chinas
En numerosas ocasiones, el gobierno chino ha negado la existencia de pirámides en la ciudad de Xi'an, una de las zonas con más patrimonio histórico de toda China. Este hecho ha generado un enorme interés en torno a estas misteriosas construcciones.
La ciudad de Xi’an, localizada en la provincia china de Shaanxi, posee una riqueza patrimonial sin precedentes. Sus famosos guerreros de terracota, de los que aún a día de hoy se sigue hablando, están acompañados de impresionantes pirámides que resultan un auténtico misterio para el mundo. Pese a que el gobierno chino ha intentado ocultar su existencia durante mucho tiempo, el conocimiento acerca de estas pirámides ha acabado traspasando sus fronteras.
Las características generales de las pirámides chinas son muy interesantes. Estas, a diferencia de muchas egipcias, son truncadas, es decir, cuentan con la zona superior aplanada. En torno a algunas de ellas se han llegado a erigir auténticas necrópolis reales, grandes complejos funerarios en donde la pirámide principal, la del emperador, está rodeada de pirámides más pequeñas de sus consortes sacrificadas. Estos túmulos funerarios han acabado modelando el paisaje chino, sacralizándolo y convirtiéndolo en un auténtico símbolo del poder imperial. A través del paisaje, los gobernantes fallecidos eran conducidos a la vida eterna.
La estructura de la Gran Pirámide de Xi’an es muy similar a la de las pirámides mexicanas de Teotihuacán
LA GRAN PIRÁMIDE BLANCA
Sin lugar a dudas, la “Gran Pirámide de Xi’an” o la “Gran Pirámide Blanca” es una de las grandes incógnitas que presenta el territorio chino. Uno de los avistamientos más significativos de esta pirámide lo protagonizó James Gaussman, piloto de la Fuerza Aérea del Ejército de los EE. UU, quién, durante la II Guerra Mundial, logró fotografiarla durante un vuelo desde India hasta China. Según sus descripciones, la pirámide tenía un fuerte color blanquecino y contaba con una enorme gema en la parte superior. Sin embargo, la imagen que difundió The New York Times en su momento no mostraba ninguna de estas características.
Como muestra el historiador Nacho Ares en su libro Historia Perdida, el mayor conocedor de la pirámide blanca es el alemán H. Hausdorf, quien “demostró que su estructura arquitectónica era muy similar a las pirámides mexicanas de Teotihuacán, es decir, una construcción realizada a base de terrazas superpuestas, como si se tratara de plataformas escalonadas”.
Sin embargo, pese a que se tenga conocimiento de este hecho, el resto de datos que se tienen sobre esta pirámide son aproximados. La ausencia de excavaciones en el lugar, que según el gobierno chino se encargarán de realizar las “generaciones posteriores”, dificulta mucho la comprensión de la "Pirámide Blanca" y su complejo arqueológico.
Su datación también resulta un auténtico misterio. Hay investigadores que consideran que se le pueden atribuir más de 2000 años de antigüedad; sin embargo, otros parten de la idea de que se realizó durante la dinastía Shang (1300-1100 a. C). Además, aunque se tiene constancia de que estaba completamente policromada, la falta de investigaciones al respecto imposibilita obtener una explicación del por qué.
LA INMORTALIDAD DEL PRIMER EMPERADOR CHINA
Avanzando unos cuantos siglos, nuestra siguiente parada en el tiempo se produce en la dinastía Qin (en torno al 3 a. C). El primer emperador chino, Qin Shi Huang, además de conseguir la unificación de China, motivó el desarrollo de la ciudad de Xi’an y de su imponente legado. Desde su mausoleo subterráneo, protegido por los eternos guerreros de terracota, el primer emperador de China buscó alcanzar la inmortalidad rodeado de mercurio.
Las dificultades que presentan las pirámides para su estudio son enormes
Entre el Monte Li y el río Wei, en una elevación artificial de 47 metros, Qin Shi Huang construyó su reino eterno. Como describe Nacho Ares: “El yacimiento arqueológico está formado por un inmenso rectángulo delimitado por una muralla dentro del cual se abren diferentes fosos en los que forman en perfecto orden los grupos de soldados. Cada una de estas fosas, abiertas ante la entrada del propio sepulcro del emperador Qin Shi Huang, y que todavía no ha sido excavado en su totalidad, contiene un número de soldados de terracota en filas apretadas y en cámaras paralelas”.
Este ejemplo de mausoleo fue seguido por la dinastía posterior, la dinastía Han. Sin embargo, las tumbas de ambas dinastías presentan diferencias considerables. Según el estudio realizado por el equipo de investigación de Giulio Magli, las pirámides de la dinastía Qin están perfectamente alineadas con los puntos cardinales. Sin embargo, las pirámides de la dinastía Han presentan importantes desviaciones respecto al norte. Estos investigadores consideran que la dinastía Han no buscaba señalar el polo norte como tal con sus pirámides, sino a la Estrella Polar. Esto demuestra que contaban con conocimientos suficientes para saber que la Tierra va variando de posición, algo que suma, si cabe, más interés por estas construcciones.
En definitiva, las dificultades que presentan las pirámides para su estudio son enormes puesto que, al no haber sido excavadas, todavía mantienen una gruesa capa de vegetación sobre ellas. Su estudio directo solo es posible a partir de imágenes tomadas por satélite. Además, en los últimos años, numerosos emplazamientos arqueológicos chinos han sido destruidos. Esto se debe a que las zonas rurales están experimentando un fuerte cambio que ha conducido a desarrollar una mayor actividad edificatoria cerca de estos mausoleos.
Es imposible no hacerse preguntas sobre este tema ¿Existen verdaderamente estas pirámides? Debajo des estos montículos de tierra y vegetación, ¿se esconden estas imponentes construcciones? La acusada falta de información no hace más que sumar mayor intriga y misterio sobre su naturaleza y realización.
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