Vertebras humanas "ensartadas": nuevas tumbas descubiertas en Perú
Tras estudiar más de 600 tumbas de la cultura Chincha (Perú), los especialistas encontraron un total de 192 de postes ensartados con vertebras humanas
A primera vista, el hallazgo no puede resultar más macabro: casi dos centenares de postes de caña en los que alguien "engarzó" huesos de la columna vertebral de adultos y niños. Aparecieron recientemente en el interior o los alrededores de tumbas de la cultura chincha, en la costa de Perú, y han sido objeto de un detallado estudio por parte de un grupo de arqueólogos de la Universidad de East Anglia, en Reino Unido. Y aunque en un primer momento pueda parece un descubrimiento lúgubre y espeluznante, la realidad es que parece ser el resultado de una práctica que pretendía devolver la dignidad a aquellos restos humanos…
El hallazgo de estos postes con vertebras podría responder a un intento de los chinchas por devolver la dignidad a los restos de sus ancestros
La cultura chincha se desarrolló en la costa del suroeste de Perú durante el llamado período Intermedio Tardío, entre el 1000 y el 1450 d.C. aproximadamente, hasta que a finales del siglo XV acabó siendo anexionada por el Imperio inca. Cuando años más tarde llegaron los españoles al valle de Chincha, en torno a 1530, la población de este antiguo reino se vio mermada de forma significativa, en parte debido a las epidemias traídas por los conquistadores europeos y en parte a causa de las hambrunas y desórdenes sociales. Así, la población del reino chincha pasó de los 30.000 individuos en su momento de mayor esplendor, a apenas 1000 familias en el año 1583.
Ahora, con motivo de la publicación de un reciente estudio por parte de los arqueólogos británicos en la revista Antiquity, se ha descubierto una singular práctica mortuoria practicada por miembros de la cultura Chincha en sus años de decadencia. Tras investigar más de 600 tumbas en todo el valle, los investigadores encontraron estos llamativos "postes" de caña con vertebras "ensartadas", hasta un total de 192. Al aplicar la técnica del Carbono 14, los científicos determinaron que los restos databan de algún momento entre los años 1450 y 1650 d.C. En aquel tiempo, que coincide con la llegada de los conquistadores españoles, el Imperio inca se estaba viniendo abajo, y con él los últimos miembros de la cultura Chincha.
Esta interesante práctica se consideró la forma adecuada de lidiar con los cuerpos profanados de los muertos
Revisando las fuentes documentales de la época, los arqueólogos británicos descubrieron numerosas menciones a cómo los españoles saqueaban y profanaban las tumbas de piedra de los chinchas –llamadas chullpas–, en busca de oro y otros objetos de valor. Al saquear aquellos enterramientos, que a menudo albergaban múltiples enterramientos, los restos humanos quedaban a menudo dispersos. Por esta razón, los historiadores creen que el hallazgo de estos postes con vertebras podría responder a un intento de los chinchas por devolver la dignidad a los restos de sus ancestros. "El hecho de que haya 192 de estos postes, y de que estén ampliamente distribuidos –los hemos encontrado por todo el valle de Chincha–, significa que múltiples grupos de personas coordinaron y respondieron de manera común, y que esta interesante práctica se consideró la forma adecuada de lidiar con los cuerpos profanados de los muertos", explicó Jacob Bongers, principal autor del estudio, en declaraciones a la publicación Livescience.
Durante el estudio, los arqueólogos analizaron a fondo 79 de estos postes, lo que dio como resultado varios datos de interés: la mayor parte de estos postes de caña contiene huesos de un único individuo, aunque la columna vertebral aparecía casi siempre incompleta y con los distintos huesos en un orden equivocado. Esto, en opinión de los investigadores, muestra que el proceso no fue realizado durante el enterramiento original, sino posteriormente, después de la descomposición de los cadáveres, y posiblemente a raíz de que los restos se hubieran desperdigado debido a los saqueos.
Teniendo en cuenta que las culturas andinas valoraban mucho la preservación e integridad de los cadáveres de sus difuntos, lo más probable es que el hallazgo de estos insólitos palos con vertebras se "elaboraran" de forma planificada: los chinchas revisaban las tumbas saqueadas por los españoles, y después procedían a restaurar los restos profanados, con la intención de devolverles la dignidad perdida.
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