La punta de flecha que llegó del espacio
Arqueólogos y geólogos suizos han logrado determinar el origen de una punta de flecha forjada con fragmentos de un meteorito caído a la Tierra hace más de 3.000 años
Aunque la pequeña pieza llevaba expuesta décadas en las salas del Museo de Berna (Suiza), hasta fechas recientes los investigadores desconocían cuál era la composición exacta de una punta de flecha descubierta en el siglo XIX durante unas excavaciones en el yacimiento de Mörigen, en el interior de una vivienda datada en la Edad de Bronce. En 2021 llegó la sorpresa: tras realizar un análisis exhaustivo del objeto, los científicos determinaron que estaba compuesto por una aleación de hierro y níquel-aluminio, lo que resultaba coincidente con un origen meteorítico: es decir, aquella punta de flecha había sido forjada con un fragmento de mineral llegado del espacio.
El hallazgo de los geólogos y arqueólogos era notable, pues no son muchas las piezas forjadas con material procedente de meteorito realizadas antes de la Edad del Hierro: en total, en ese momento se conocían 45 objetos de esas características en Eurasia y África, y solo tres de ellos (un par de pulseras y un hacha), correspondían a artefactos encontrados en Europa Central, más concretamente en Polonia.
Confirmado el origen meteorítico de la punta de flecha, los investigadores se pusieron manos a la obra para intentar determinar con qué meteorito se había forjado. Por suerte, no había muchas opciones para elegir. La primera de ellas apuntaba al llamado Meteorito Twannberg, que cayó a nuestro planeta hace 160.000 años, y cuyos fragmentos (un total de seis) suman unos 20 kilogramos de peso. Tras realizar distintos análisis no invasivos con dichos restos, los científicos descartaron esta pieza, pues la composición no coincidía con la de la punta de flecha.
El segundo “sospechoso” era el conocido como Meteorito Morasko, una roca extraterrestre de casi 300 kg que cayó en Póznan (Polonia), a unos 1.200 km de Mörigen, en una fecha desconocida. De nuevo, el análisis del mineral determinó que la composición no coincidía, en este caso debido a una elevada presencia de germanio en el meteorito polaco.
Los investigadores creen que el fragmento de mineral que se empleó para forjar la pequeña arma debió transportarse hacia el 800 a.C
Por último, los científicos se dispusieron a comparar la composición de la punta de flecha suiza con el Meteorito Kaalijaru, que cayó en territorio de la actual Estonia en torno al año 1500 antes de nuestra era y produjo muchos fragmentos de pequeño tamaño. En esta ocasión, los resultados parecían coincidir con la composición de la punta de flecha recuperada en Mörigen, a pesar de que el lugar de origen del meteorito se halla a unos 2.000 km de distancia. Teniendo en cuenta dicha lejanía, los investigadores creen que el fragmento de mineral que se empleó para forjar la pequeña arma debió transportarse hacia el 800 a.C. en alguna ruta comercial de la época, posiblemente en los caminos que recorrían la antigua Ruta del Ámbar, hasta que finalmente alcanzó los territorios de la actual Suiza.
Aunque resulte sorprendente, un buen número de objetos de la Antigüedad fueron forjados con materiales procedentes de meteoritos. Un buen ejemplo de ello es la magnífica daga que se halló en el ajuar de la tumba de Tutankhamon, y de la que ya hablamos en su momento. En algunos casos, además, estos objetos fueron objeto de adoración y se convirtieron en artefactos sagrados, como ocurrió con una polémica estatua de Buda que habría sido adquirida (o quizá robada) por los nazis en 1938 o con la piedra negra de forma cónica que se veneraba en el Elagabalium, un templo levantado por el emperador romano Heliogábalo y que, según algunos autores, podría haber sido una roca de origen extraterrestre.
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