Los neandertales eran tan inteligentes como los sapiens

Hasta ahora, veníamos considerando a los Homo neanderthalensis (o neandertales), como una especie de “primos” más rudos, menos inteligentes y evolucionados que nosotros, los sapiens, con los que compartieron entorno durante varios miles de años. Sin embargo, distintos hallazgos realizados en los últimos años han ayudado a modificar esta percepción entre los científicos que han estudiado sus restos y hábitats en distintos puntos de la península ibérica.

Ahora, un reciente estudio publicado en la revista Plos One por un equipo internacional de especialistas demuestra que los neandertales sabían cómo encender, alimentar y utilizar el fuego de forma habitual en su día a día, hasta el punto de emplearlo, por ejemplo, para cocinar. Este dominio del fuego, según los autores del artículo, sería una evidencia más que apuntaría al hecho de que los neandertales, lejos de ser esos “primos” menos inteligentes, eran igual de hábiles y disponían de una inteligencia similar a los sapiens, hasta el punto de cuestionar la necesidad de considerar a neandertales y sapiens como dos especies distintas, en lugar de dos formas de la misma especie.

La investigación, dirigida por el arqueólogo João Zilhão, de la Universidad de Lisboa, en colaboración con Mariana Nabais (Instituto Catalán de Paleología Humana y Evolución Social) y Diego Angelucci (arqueólogo de la Universidad de Trento) reúne las evidencias recopiladas a lo largo de más de 20 años de excavaciones sistemáticas en la Gruta da Oliveira, un yacimiento ubicado en el centro de Portugal y habitado por neandertales hace entre 100.000 y 70.000 años.

Los neandertales, lejos de ser esos “primos” menos inteligentes, eran igual de hábiles y disponían de una inteligencia similar a los sapiens

Diego Angelucci, arqueólogo de la Universidad de Trento

En dicho yacimiento se han hallado repetidos rastros de hogares construidos intencionalmente por los neandertales, que utilizaban el fuego de forma central en su vida cotidiana, entre otros usos para cocinar alimentos. Los análisis muestran restos de huesos y madera quemados, cenizas y suelos quemados bajo los hogares.

Los neandertales presentaban una dieta muy variada que incluía carnes de animales como cabras, cérvidos y rinocerontes, así como moluscos, que cocinaban en las piedras calentadas sobre el fuego.

Para el arqueólogo Diego Angelucci, coautor del estudio, «estos hallazgos confirman lo que ya hemos observado y teorizado en estudios anteriores. Los neandertales dominaban el pensamiento simbólico, producían objetos de arte, sabían cuidar su cuerpo con adornos y tenían una dieta extremadamente variada. A este dato se suma ahora el hecho de que, del análisis de los hallazgos, podemos decir con certeza que consumían habitualmente alimentos cocinados. Una habilidad que confirma un nivel de competencia similar al de los sapiens que vivieron milenios después».

Entre las incógnitas aún sin resolver por las excavaciones se encuentra el método utilizado por los neandertales para encender fuego

Imágenes del yacimiento

Los científicos de este equipo internacional explicaron que la Gruta da Oliveira forma parte de un sistema kárstico de cuevas conocido como sistema de la Almonda, ubicado sobre un gran manantial y formado por distintas oquedades situadas a diferentes alturas, que fueron ocupadas en varios momentos de la prehistoria. «Para nosotros, Almonda es una especie de “supermercado de la prehistoria” por la variedad y riqueza de artefactos y restos que hemos encontrado a lo largo de los años. Desde los restos del Paleolítico Inferior, hasta las piedras talladas de la cultura musteriense, hay de todo», explica Angelucci.

Entre las incógnitas aún sin resolver por las excavaciones se encuentra el método utilizado por los neandertales para encender fuego. Se ha sugerido la posibilidad de que emplearan técnicas similares a las del Neolítico, como el golpear un pedernal contra una roca para generar chispas. Esta técnica prehistórica se descubrió al estudiar a Ötzi, el hombre de Similaun. Sin embargo, hasta el momento, no se ha hallado evidencia directa de esta práctica.

La excavación de una secuencia que abarca un intervalo de 30.000 años ha permitido a los arqueólogos comparar datos con otros yacimientos de la misma zona, datados en el Paleolítico Superior, período en el que se registra la presencia de Homo sapiens. «No encontramos ninguna diferencia: formas similares de habitar estos lugares, de frecuentar las cuevas para vivir allí. Las habilidades también son un signo de inteligencia. Por lo tanto, en lugar de especies diferentes, hablaría de formas humanas diferentes», explicó el científico italiano.