Descubren en Nápoles la tumba de Cancerbero, el perro del averno
Arqueólogos italianos han descubierto cerca de Nápoles una espectacular tumba de dos mil años de antigüedad decorada con vistosas pinturas murales.
«Un hallazgo sin precedentes». De esta forma tan contundente ha descrito Mariano Nuzzo, superintendente del departamento de Arqueología, Bellas Artes y Paisajes de la región metropolitana de Nápoles, el reciente hallazgo de una espectacular tumba de cámara hallada en Giugliano in Campana, un suburbio próximo a la ciudad de Nápoles. En efecto, lo que los arqueólogos han podido contemplar en el interior del mausoleo, bautizado como “Tumba de Cerbero” por presentar un fresco en el que se representa al temible can del averno de la mitología grecolatina, es sin duda espectacular, pues la cámara mortuoria está repleta de pinturas al fresco cuyo estado de conservación es excepcional a pesar de los dos mil años transcurridos desde su realización.
Según han explicado las autoridades de la región, el hallazgo se produjo durante una prospección arqueológica previa a la realización de unos trabajos de mantenimiento del sistema de suministro de agua urbano, Acqua Campania Spa. En un primer momento los arqueólogos encontraron un muro realizado con la técnica romana de opus incertum, por lo que pensaron que habían dado con una antigua necrópolis. Sin embargo, tras continuar con los trabajos, descubrieron que en realidad se trataba de una tumba de cámara, que todavía se conservaba intacta, pues estaba sellada con una losa de toba. Para acceder a su interior los especialistas penetraron por una abertura en el techo, y al contemplar lo que había en sus muros comprendieron que se hallaban ante un descubrimiento de gran importancia.
Y es que tanto las paredes como el techo están decorados con bellas y vibrantes pinturas murales que representan distintas escenas mitológicas. En una de ellas destacan dos ictiocentauros (criaturas míticas mitad humano, mitad caballo y con cola de pez) que sostienen un clípeo, un escudo grecorromano, y están acompañados por sendos erotes, dioses alados del amor similares al célebre Cupido.
Es otra de las pinturas, sin embargo, la que más llamó la atención de los especialistas, hasta el punto de que se fijaron en ella para dar nombre a la tumba. En este mural, aparece representado Cerberus o Cerbero, el perro de tres cabezas, garra de león y cola de serpiente que en la mitología clásica custodiaba la puerta del Hades, el inframundo de la mitología griega. La escena es una clara alusión al duodécimo trabajo del héroe Hércules en su descenso al inframundo, pues en la pintura aparece dicho personaje a un lado del temible can, y al otro el dios Mercurio o Hermes, quien en el relato clásico guio a Hércules para que cumpliese su misión de capturar a la criatura.
Según el relato mitológico, Cerbero –hijo del monstruo Tifón y de Equidna, otra criatura mitad mujer, mitad serpiente– era capaz de petrificar a sus adversarios si estos posaban su vista en él; además, su mordedura era mortalmente venenosa.
Según ha explicado Nuzzo a la prensa, el hallazgo de la tumba es de una gran importancia y subraya el papel destacado de la región en tiempos antiguos, pues en la zona se han hallado otros ejemplos notables de tumbas similares, tanto de época republicana como imperial. «La tumba tiene techos y paredes con frescos en condiciones impecables. La emoción provocada por tal descubrimiento es indescriptible. Giugliano in Campania está siendo testigo de un resurgimiento, arrojando luz sobre importantes reliquias de su ilustre historia, que justifican su preservación y protección mediante esfuerzos colectivos», explicó.
En el interior de la tumba, además de las vistosas pinturas murales, los arqueólogos descubrieron también varios divanes (klìnai) pintados, vasijas para libaciones y los cuerpos de dos difuntos, colocados en sus lechos y acompañados de valiosos objetos.
Comentarios
Nos interesa tu opinión