Científicos desvelan los secretos de la iglesia del diablo

Desde hace siglos, un misterioso enclave ubicado en los exuberantes paisajes del Parque Nacional de Koli (este de Finlandia), ha cautivado la imaginación de los locales. Se trata de la Pirunkirkko, literalmente «la Iglesia del Diablo», una cueva misteriosa y legendaria célebre por haber sido escenario de multitud de ritos y ceremonias celebradas por chamanes y curanderos de la región. Incluso hoy en día, modernos chamanes siguen acercándose hasta allí para ejecutar ceremonias guiadas por el sonido de los tambores y otros instrumentos de percusión, ya que una de las características más intrigantes de la gruta es su capacidad para crear curiosos efectos de sonido.

Ahora, dos investigadoras finlandesas, la arqueóloga Riitta Rainio, de la Universidad de Helsinki, y Elina Hytönen-Ng, experta en estudios culturales de la Universidad de Finlandia Oriental, se han sumergido en las profundidades de esta cueva para desvelar sus secretos más íntimos, y acaban de publicar los resultados de su investigación en un artículo publicado por la revista Open Archaeology. El enfoque de sus pesquisas se ha centrado en la acústica del lugar, con la intención de determinar si las peculiares características del sonido en el interior de la gruta –de 34 metros de longitud– ha podido desempeñar un papel crucial en las creencias arraigadas en esta enigmática ubicación.

La resonancia en la cueva se sitúa en los 231 Hz lo que facilita que el sonido se amplifique y se prolongue

Entrada y plano de la cueva

El descubrimiento más impactante del estudio ha sido el hallazgo de una resonancia peculiar en la cueva, en la frecuencia de 231 Hz, que tiene la capacidad única de amplificar y prolongar el sonido a una frecuencia específica. Este fenómeno, algo excepcional en entornos naturales, plantea la posibilidad de que esta peculiaridad natural podría haber moldeado las experiencias y creencias de aquellos que participaban en rituales en este sitio ancestral.

La documentación histórica revela la presencia de figuras como Kinolainen, un sabio venerado que realizaba rituales mágicos en la cueva. Sus prácticas incluían cánticos y golpes que resonaban con la frecuencia natural del lugar. Kinolainen llevaba a sus pacientes al interior de la gruta para entrar en contacto con el Diablo y averiguar el origen de las dolencias de sus clientes y encontrar así una cura a tales problemas. Las investigadoras también han realizado entrevistas practicantes chamánicos actuales, en las que también se ha destacado la sensación de una energía especial, especialmente en la parte trasera de la cueva, donde las sesiones de percusión provocan sensaciones singulares en los participantes, que describen una especial «conexión con la naturaleza».

La cueva finlandesa resuena de forma similar a las cavernas paleolíticas de España y Francia

Al realizar mediciones acústicas detalladas, las investigadoras descubrieron un fenómeno de resonancia en el corredor trasero de la cueva. Una onda estacionaria entre las paredes lisas amplificaba sonidos cercanos a los citados 231 Hz, una frecuencia notable. Grabaciones de vocalizaciones a esta frecuencia por parte de un chamán mostraron cómo la cueva amplificaba y prolongaba estos tonos específicos, revelando así cómo la resonancia pudo haber sido fundamental en los rituales pasados.

Los científicos estudian las propiedades acústicas de la cavidad

«Grabamos al practicante chamánico y descubrimos que vocalizaba repetidamente tonos a 231 Hz, que luego eran amplificados por la cueva a su frecuencia natural», señalan las investigadoras.

Este hallazgo, similar a resonancias descubiertas en cuevas paleolíticas en España y Francia, concretamente en rincones cercanos a las pinturas rupestres, sugiere que lo que los investigadores interpretan como resonancia pudo haber sido percibido por antiguas culturas como presencias espirituales o energías excepcionales. Este fenómeno no solo era excepcional por su rareza en entornos naturales, sino también por su capacidad para influir sutilmente en las experiencias humanas en ese espacio sagrado.

«Donde un investigador de acústica oye como resonancia, la gente del pasado puede haber sentido la presencia de un espíritu, y un practicante chamánico puede sentir la presencia de una energía excepcional, cada uno de acuerdo con sus antecedentes», explican las autoras del estudio.