Técnicas de neuroimagen aportan datos de los cambios cerebrales en meditación
Durante casi quince años, más de cien practicantes del budismo monacales y laicos, así como numerosos principiantes, han participado en los experimentos científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison y al menos otras 19 universidades más.
La comparación de las imágenes cerebrales de meditadores expertos con las de neófitos y no meditadores ha permitido empezar a vislumbrar por qué este conjunto de técnicas de entrenamiento mental puede proporcionar beneficios cognitivos y emocionales. Los objetivos de la meditación, de hecho, se solapan con muchos de los de la psicología clínica, la psiquiatría, la medicina preventiva y la educación, según recoge la revista Investigación y Ciencia
La meditación constituye una actividad antigua que forma parte de casi todas las religiones del mundo. Su práctica, derivada de varias ramas del budismo, se ha abierto camino en el mundo secular durante los últimos años como un modo de promover la calma y el bienestar general.
El descubrimiento de los beneficios de la meditación coincide con hallazgos recientes en neurociencia que demuestran que el cerebro adulto todavía puede transformarse profundamente a través de la experiencia. Los datos revelan que, cuando aprendemos a hacer malabares o a tocar un instrumento musical, el cerebro experimenta cambios a través de un proceso llamado neuroplasticidad. Cuando meditamos parece ocurrir un proceso similar.
Los datos recopilados en esta investigación han comenzado a demostrar que la meditación reorganiza los circuitos cerebrales para producir efectos saludables, no sólo en la mente y el cerebro, sino en el organismo completo.
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