Llevamos años hablando de descubrimientos de ciudades perdidas en mitad de la selva. Que si ciudad blanca en Honduras, que si Paititi en Perú, que los geoglifos de Acre en Brasil… Y de repente se produce otro hallazgo de estas características, esta vez en Argentina, pero lo que desvela es que pertenece a una cultura muy diferente, y sin duda más siniestra que las grandes civilizaciones del pasado.
Hay que decir que todo dio comienzo hace ya tres meses, cuando varios arqueólogos de la Universidad de Buenos Aires se toparon de bruces con unas ruinas en mitad de la selva del Misiones, al norte del país, y yo me imagino que se quedaron a cuadros al no ser capaces de determinar a qué cultura correspondían. Pues bien, las sorpresas aún fueron mayores cuando, tras llevar a cabo catas sobre el terreno y ahondar más en el descubrimiento, determinaron que podrían haber sido el último refugio secreto de varios miembros de importantes nazis.
Tal y como ha publicado en estos días los compañeros del diario Clarín, las ruinas descubiertas formarían parte de un gigantesco complejo protegido por la jungla, en el que además se habrían custodiado decenas de "reliquias" relacionadas con el régimen y con el propio Hitler. ¿Y sabéis la primera pista que ha dado pie a esta fascinante investigación? Pues ni más ni menos que una vieja de membrillo de los años 40, que fue enterrada en el lugar. No porque estuviera más o menos rico su contenido, sino porque fue utilizada a modo de cápsula del tiempo para guardar, entre otras cosas, una fotografía del encuentro entre Hitler y Mussolini, algunos recortes de periódicos alemanes, y alguna fotografía más de soldados que portan el símbolo de la esvástica.
En otro recipiente encontrado con anterioridad, y al que se le dio menos importancia, fueron escondidas varias monedas de la época: una yugoslava de 1938, una argentina de 1939, una eslovaca de 1940 y dos alemanas de 1942.
Ahora la cuestión es saber quién la ocupo y durante cuánto tiempo, porque una de las posibilidades que se están barajando es que fuera un soldado alemán de la época que recibió la orden de preparar el emplazamiento ante la inminente llegada de varios oficiales alemanes.
Para Daniel Schávelzon, investigador y director del Centro de Antropología Urbana, "esta lata era de alguien que guardó sus recuerdos de cuando era joven, entre ellos monedas de los lugares donde estuvo durante la Segunda Guerra Mundial. Con esto corroboramos la presencia del nazismo". A lo largo de estos meses se han encontrado más construcciones similares, desvelando primero, que el patrón arquitectónico no tiene nada que ver con el de los pueblos cercanos, y segundo, que dadas estas características todo formaría parte de un mismo complejo ideado para no ser visto. Además, junto a algunas casas han sido encontrados pozos para depositar la basura, donde había piezas de vajilla de origen alemán, y restos de porcelana muy cara. A este respecto Daniel Schávelzon ha asegurado en las páginas de Clarín que "a mitad de la Segunda Guerra Mundial, la Aeronáutica nazi generó un proyecto secreto de construcción de refugios para que los más altos jerarcas nazis pudieran esconderse tras una derrota. Eran sitios inaccesibles, en medio del desierto, en una montaña, en un acantilado o en el medio de una selva como ésta".
Alucinante ¿verdad?
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