Misterios
31/08/2016 (08:16 CET) Actualizado: 31/08/2016 (08:16 CET)

El destino del Sistema Solar depende del Planeta Nueve

Si finalmente existe el misterioso Planeta Nueve, el sistema solar puede sufrir un desastre añadido cuando el Sol agonice, según una investigación de la Universidad de Warwick.

31/08/2016 (08:16 CET) Actualizado: 31/08/2016 (08:16 CET)
El destino del Sistema Solar depende del Planeta Nueve
El destino del Sistema Solar depende del Planeta Nueve

Tranquilos. Aún quedan 7.000 millones de años. Pero, cuando el Sol comience a morir expulsará la mitad de su propia masa y se hinchará, tragándose a la Tierra antes de convertirse en una masa ardiente, en una enana blanca. Esta eyección de masa empujará a Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno hasta lo que se suponía como una distancia segura.

Pero, según ha descubierto Dimitri Veras, del Departamento de Física de la Universidad de Warwick, la presencia del Planeta Nueve - el hipotético planeta que puede existir en el sistema solar exterior - podría provocar la eliminación de, al menos, uno de los planetas gigantes después de que muera el sol, lanzándolos hacia el espacio interestelar a través de una especie de efecto 'pinball'.

Según el estudio, el día que el Sol colapse en Enana blanca, el Planeta Nueve podría ser empujado hacia el interior del Sistema Solar en una danza de la muerte con los planetas gigantes, fundamentalmente Urano y Neptuno. El resultado más probable es la expulsión del sistema solar, para siempre.

Usando un código único que puede simular la muerte de sistemas planetarios, Veras ha trazado numerosas posiciones diferentes desde las que un 'Planeta Nueve' podría cambiar el destino del sistema solar. Cuanto más lejos esté y más masivo sea el planeta, mayor es la oportunidad de que el sistema solar experimente un futuro violento.

El descubrimiento podría arrojar luz sobre arquitecturas planetarias en diferentes sistemas solares. Casi la mitad de las enanas blancas existente contienen roca, una firma potencial de los escombros generados a partir de un destino calamitoso similar en otros sistemas con objetos parecidos a un planeta nueve.

En efecto, la futuro muerte de nuestro Sol podría explicar la evolución de otros sistemas planetarios. "La existencia de un planeta masivo remoto podría cambiar radicalmente el destino del sistema solar, y de Urano y Neptuno en particular, que no estarían a salvo de los estertores del Sol. El destino del sistema solar depende de las propiedades de la masa y la órbita del Planeta Nueve, si es que existe ".

"El futuro del Sol puede ser prefigurado en enanas blancas que son 'contaminadas' por restos de rocas. El Planeta Nueve podría actuar como un catalizador para la contaminación. La futura identidad del Sol como una enana blanca podría ser contaminada por restos de rocas tal y como reflejan las observaciones actuales de las enanas blancas a lo largo de la Vía Láctea", añade Veras en un comunicado.

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