Asgardia: la primera nación extraterrestre

Platón imaginó una república con las personas más sabias al frente de su gobierno. En cierto modo, el ruso Igor Ashurbeyli ha querido emular al pensador ateniense creando una nueva nación, guiada por los principios filosóficos y científicos más nobles. La diferencia reside en que Platón pretendía materializar su sociedad utópica a ras de suelo, mientras que Ashurbeyli prefiere que flote sobre nuestras cabezas. Para ello tiene intención de lanzar, el próximo año, un satélite con el propósito de que constituya el embrión de un país llamado Asgardia. De hecho, el satélite será la nación en sí misma, a la que podrán adscribirse aquellos que lo deseen. Bastará con que expresen la voluntad de ser ciudadanos de Asgardia en la web del proyecto junto a los más de medio millón de terrícolas que ya lo han hecho.

Encabezando el séquito de esta legión de "asgardianos" están los chinos, estadounidenses y turcos, los cuales representan el 40% del total ya inscrito. ¿Tantas ganas tienen estos humanos de ser extraterrestres?

Lo cierto es que nunca abandonarán la Tierra ni tendrán que vivir en el satélite.

Como ha señalado Ashurbeyli, Asgardia tendrá embajadas, himno y bandera, pero carecerá de fronteras. Todos sus nuevos habitantes serán emigrantes porque disfrutarán de pasaporte, aunque deberán vivir aquí, en el mundo ya conocido y dentro de sus respectivos países. Al menos así ocurrirá durante un tiempo, ya que la finalidad del proyecto es atraer a tantos terrícolas hacia la nueva nación que terminen por vaciarse y desvanecerse todas las demás. Un estado extraterrestre al que cualquiera podrá pertenecer y, de este modo, transcender las estructuras institucionales y legales que nos amarran en el planeta. Una imaginativa fórmula para unificarnos y reinventarnos políticamente como especie.

Asgardia toma el nombre de Asgard, uno de los Nueve reinos del árbol Yggdrasyl que sostenía todo el Universo en la mitología nórdica. Allí residían los Aesir, poderosos dioses comandados por Odín. Por lo tanto, seguiremos muy atentos la pista de este proyecto de país extraterrestre, no sea que termine yéndose por las ramas.

Lee el artículo completo en el nº253 de Enigmas (diciembre de 2016)