Ciencia
20/11/2009 (09:29 CET)
Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
LA AMENAZA ZOMBI
Miguel Seguí Los zombis se han convertido en un nuevo icono del terror. Películas y libros nos dibujan una pesadilla en la que hordas de seres sin cerebro, con apariencia de cadáveres ambulantes, persiguen a los vivos para devorarlos. Sin embargo, como ocurre tantas veces, las pesadillas podrían llegar a convertirse en realidad, de la mano de ensayos científicos que, fuera de control, ocasionen una epidemia de consecuencias imprevisibles. Ciertos experimentos nos acercan peligrosamente a lo que algunos ya llaman una catástrofe zombi.
Joseph Lancelloti se encontraba trabajando en el jardín de su casa cuando vio cómo se acercaba, tambaleándose, un individuo que parecía tener mal aspecto y emitía sonidos ininteligibles. Le preguntó qué le pasaba, si necesitaba ayuda, pero por toda respuesta sufrió una súbita agresión ante la que no pudo reaccionar. Un feroz mordisco en uno de sus brazos le arrancó un gran pedazo de carne, que su atacante masticó y comió con fruición. Abatido en el suelo, Lancelloti, un jubilado de 67 años, pensó que había llegado su hora: un ser demoníaco se disponía a devorarle en el jardín de su propia casa
Sus gritos habían llamado la atención de su esposa y vecinos, que en un primer momento pensaron que estaba sufriendo un ataque al corazón y que aquel individuo sólo intentaba ayudarle. Sin embargo, rápidamente advirtieron que ante sus ojos tenía lugar una escena más propia de una película de George A. Romero –cineasta que popularizó los filmes sobre zombis–, que de la vida real. Finalmente, entre todos detuvieron al atacante, que se encontraba fuera de sí y que posteriormente fue identificado como Mario Vargas, de 48 años, que acababa de salir de un hospital en el que había sido tratado de una simple herida en una mano Lejos de pertenecer al ámbito de la ficción, los hechos que les hemos relatado tuvieron lugar el 6 de abril de 2009, en la localidad de Metaire, en Florida (EE UU), y hay quien teme que podrían repetirse en cualquier parte del mundo; tal vez mañana mismo.
Sus gritos habían llamado la atención de su esposa y vecinos, que en un primer momento pensaron que estaba sufriendo un ataque al corazón y que aquel individuo sólo intentaba ayudarle. Sin embargo, rápidamente advirtieron que ante sus ojos tenía lugar una escena más propia de una película de George A. Romero –cineasta que popularizó los filmes sobre zombis–, que de la vida real. Finalmente, entre todos detuvieron al atacante, que se encontraba fuera de sí y que posteriormente fue identificado como Mario Vargas, de 48 años, que acababa de salir de un hospital en el que había sido tratado de una simple herida en una mano Lejos de pertenecer al ámbito de la ficción, los hechos que les hemos relatado tuvieron lugar el 6 de abril de 2009, en la localidad de Metaire, en Florida (EE UU), y hay quien teme que podrían repetirse en cualquier parte del mundo; tal vez mañana mismo.
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